martes, febrero 20, 2007

ELOGIO DE LA AMISTAD.- Raquel de Goldstein

"La amistad es un alma que habita dos cuerpos; un corazón que habitan dos almas" Aristóteles 384 a.C.- 322 a.C. Llamamos amistad a un sentimiento recíproco y estable, que se anhela y se atesora, y se manifiesta en los afectos que disfrutamos a través de la producción cultural humana. Se trata de visitar juntos un lugar curativo: el de los sueños compartidos. Precisamente por eso, gozar de la amistad es salud. Es curarse en salud. Contra la tristeza común, contra la presión de la excesiva realidad de la vida cotidiana, la amistad es un descanso. Por eso, me gusta considerarla uno de los factores antidepresivos de la vida cotidiana. Algo que se teje y se mantiene en los lazos sociales. Es casi como estar a solas –pero no solos –, en compañía de otro que no pretende algo diferente de estar con uno. Ese otro, el amigo, sabe estar y escuchar. A veces en silencio, pero siempre haciéndose eco, que en nuestro lenguaje cotidiano significa responder a lo que nuestro amigo precisa en ese momento. Acorde –como un acorde en la música – con ese acompañar a alguien que, al sentirse vivo, "sufre" con el vivir de la vida. Ese "sufrir viviendo la vida" es el estado que precisa la "simpatía acorde", que algunos llaman empatía y otros llaman amistad. En ese estado de simpatía acorde, la resonancia es recíproca. Ambos se reparan para seguir. A veces, en grupo. Como aquella "recóndita armonía" de la música y de lo bello, el sentimiento que circula en la amistad logra reparar las grietas del alma, que vive entre la vida cotidiana y "esa otra escena", la de los sueños compartidos que señalábamos al comienzo. Si logramos lazos de solidaridad tenemos la clave para entrar en esa zona y descansar del costoso trajín de vivir cotidiano. ¡Para eso son los amigos, tan necesarios! ¡Para eso son los sueños universales, tan necesarios! Contra las pesadillas que amedrentan cada día, amistad es solidaridad en circulación permanente; es generosidad. Es un don especial que sostiene el lazo y responde; es disponibilidad... La amistad afianzada permanece, latente, y revive cuando es convocada. La amistad permite sostener el deseo de vivir, el gusto por la vida y sus placeres e ilusiones, los ideales, nuestra continuidad... y, sobre todo, tolerar la incertidumbre. Recordemos lo que nos dice Shakespeare:
"Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero". * La autora es médica psicoanalista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡ Que lindooooooooooooo !!!!!!

¿Quien tiró la Luna a ese río, quien la tiró?
¿Quien la arraco de sus cielo, quien la arranco? Una red con miles de estrellas voy a formar....

Para sacarte del rio, porque en el cielo mejor estas.

Luna Luna, de mi querer, Luna Luna de mi ilusión
compañera de los que sufren de amor.......

Gira gira sin vacilar, que el espacio no tiene fin...
Por si encuentas un gran amor, para mi.....

canción popular, que cantaba cuando era niña.

besissssss